miércoles, 11 de agosto de 2010

La Expansión Musulmana y Las Cruzadas


En un principio la Península arábiga estaba habitada por una serie de tribus que vivían separadas entre si, y cuya vida era difícil en los desiertos, quienes durante la época de hambruna emprendían guerras entre ellos por el dominio de los territorios fértiles, mientras su religión era de carácter politeísta y las peregrinaciones a La Meca eran constantes, en torno a los 360 dioses que se veneraban.

En este contexto nace hacia el 570 Mahoma, sus padres mueren cuando era muy joven y su tío Abu Talib se encarga de él. En 595 se casa con Jadiya, pero ella muere en 619. En 611 recibiría la visita del ángel Gabriel en el monte Hira que le anunció que era el profeta de Dios, el enviado de Alá.

A partir de entonces empezó la predicación de la tercera religión monoteísta, el Islam, convirtió a sus allegados, a comerciantes y a los pobres, pero inquietó a los mecanos que emprendieron su persecución ante el temor de perder el dinero obtenido por sus creencias. El jefe del clan de Mahoma le retira su protección, y a partir de este momento, podía ser asesinado con facilidad.
En 622 seguido de 75 acólitos se refugia en la ciudad de Yatrib, a la que bautiza como Medina y se hace llamar a él y a sus súbditos como musulmanes y en el momento en que emigra de la ciudad marcaría el año 1 de la era musulmana. A continuación emprende luchas contra distintas tribus judías y entre 619 y 629 contrae 11 matrimonios que le valieron una alianza política.
Seguidamente lucha contra los mecanos, a los que derrota y entra en La Meca.

Allí sustituye la religión pagana, destruye los ídolos y transforma el lugar a favor de Alá y el Islam, mientras que las peregrinaciones se harán nuevamente en nombre de su Dios, mientras se adopta el principio de la Yihad o guerra santa contra los infieles. Entre los años 630 y 631 la influencia del Islam creció en la península, mientras que de regreso a Medina, Mahoma morirá de fiebre hacia 632.

La religión musulmana se había establecido y sus enseñanzas están contenidas en el libro sagrado del Corán, que establece las creencias de la religión, las actividades referentes a ellas, las obligaciones del culto y las sanciones para los actos prohibidos, la cual se acrecentó en el mundo oriental hasta su difusión durante la expansión musulmana.

Después de la muerte de Mahoma, el padre de una de sus esposas, Abu Bakr fue electo como primer califa, a su muerte sus tres sucesores también fallecieron de forma trágica. En 634 fue electo Umar ibn al-Jattab quién inicio la conquista y la conversión musulmana.
En 636 Umar tomo Siria, en 639 Egipto y para 643 la ciudad de Trípoli, mientras la batalla de Qadisiyya fue determinante en la lucha contra los persas. A partir de este momento las rutas comerciales de Asia Central y la India fueron controladas por los árabes, que proponían a las ciudades conquistadas un modelo de planificación urbana, que los embelesaba y permitía la penetración del Islam.

En 644 muere Umar al ser apuñalado y le sucede Utman, que también es asesinado en 656. A continuación se presentaron una serie de revueltas en las que Alí, primo de Mahoma, toma el poder, pero tuvo que enfrentarse a dos clanes rivales, el de Aisa y el de Muawiyya, gobernador de Siria.

En 656 Alí derrota a Aisa y cuando los soldados de Muawiyya estaban prácticamente derrotados, colocaron fragmentos del Corán en sus lanzas, terminando la lucha en una tregua que desfavoreció a Alí. Sus partidarios terminaron por dividirse en los puritanos contrarios a este y en los chiitas favorables a él.

En 661 Alí es asesinado por un puritano y Muawiyya se alza con el califato y nombra a Damasco como capital del imperio musulmán, a continuación los hijos de Alí se enfrentaran a los descendientes del clan de Muawiyya, pero terminaran todos asesinados. Yazid hereda el califato de Muawiyya, mientras los chiitas, establecen ciudades separadas.
A partir del califato de Muawiyya y de su hijo Yazid, iniciaría el dominio de la dinastía de los califas omeyas, quienes integraron en el poder a iraníes, egipcios y sobre todo beréberes y aunque no tenían los mismos beneficios que los árabes puros, eran esenciales para el desarrollo del imperio.

De esta misma forma los cristianos fueron integrados al imperio, los cuales contribuyeron en el desarrollo de las artes y tradujeron a los filósofos, médicos y sabios griegos. Durante el reinado de los omeyas se desarrollo la caligrafía y Damasco se embelleció como la ciudad de las artes, los califas se llenaron de riquezas y abandonaron la vida de sencillez en el desierto, mientras se mandaba a construir una gran mezquita durante el reinado del sexto califa Walid, entre 714 y 715.

Damasco también destaco por su artesanía y el desarrollo de hermosos tejidos, la seda, los tapices y los perfumes aparecieron, mientras Abd al-Malik proclamaba la utilización de una moneda única, verdaderamente árabe, a la vez que este idioma se difundía y unificaba a todo el imperio.

Muawiyya también prosiguió la expansión musulmana, en 665 ordeno la conquista del Magreb, que fue dirigida por Uqba ibn Nafi al mando de 10.000 hombres. Este avanzó desde un oasis en Libia hasta el sur de Túnez, fundando la primera ciudad musulmana en el Magreb, pero es derrotado en 683 por el jefe beréber Kusayla, cerca de Beska.

Un segundo intento de conquista enfrento a los árabes contra los beréberes de la reina Aures, que contaba con el apoyo de tropas bizantinas, pero los musulmanes consiguen la victoria en 698 y tras la conversión de los jefes beréberes al Islam, el Magreb paso a manos de los omeyas.
A continuación el califa Musa, le ordenaría a un jefe beréber llamado Tariq, que prestase apoyo al rey visigodo Akhila en contra de un duque sublevado llamado Rodrigo, hacia 709. En 711, 7.000 hombres cruzan el estrecho de Gibraltar al mando de Tariq y aplastan al ejército de Rodrigo, que muere en batalla, pero la guerra de apoyo se transforma en conquista y Tariq toma Toledo, la capital del reino Visigodo.

En 712 Musa desembarca con un ejército de apoyo que llegaba a los 18.000 hombres y en menos de 5 años ambos toman Sevilla, Córdoba, Mérida, Toledo, Zaragoza y Barcelona, mientras los jefes y las grandes familias visigodas adoptaban el Islam, solo la cordillera cantábrica y los Pirineos estaban fuera del alcance musulmán.

Hacia 716 las tropas musulmanas cruzan los Pirineos y en 718 se establecen en Septimania. Seguidamente penetran hacia Provenza y Aquitania, llegando hasta el Loira, pero en 732 son detenidos por Carlos Martel, príncipe del reino Franco en Poitiers, que culmino con la invasión musulmana en occidente.

En Hispania, el territorio conquistado recibe el nombre de al-Andalus, y pasa a ser gobernado por el hijo de Musa. La conquista se convierte en una situación de crisis y los árabes entran en conflictos por el reparto del botín y de las tierras, a la que su suman los beréberes, que son relegados del reparto y de las funciones de gobierno, por lo que estos se sublevan contra los árabes para 739.

En 741 los sublevados son derrotados con un ejército de 10.000 soldados provenientes de Siria y quedan relegados a las tierras menos productivas de León y Castilla, mientras los soldados sirios entran en la disputa por tierras cada vez más escasas.

En 750 una dinastía conocida como los abasíes, ansiosos de recuperar el poder que los omeyas les habían quitado durante las características disputas dinásticas y familiares de la Historia de los musulmanes, declararon que estos habían violado la ley coránica por ser hipócritas y corruptos, es decir, unos musulmanes indignos.

Los abasíes se basaron en un rigor doctrinal para acabar con los omeyas, pero no tardarían también en convertirse en unos déspotas orientales. En 749 Abu al Abbas al Saffah, el sanguinario es proclamado califa y su dinastía, la de los abasíes gobernaría hasta 1258 y durante el califato de Abu ya far al-Mansur entre 754 y 775 se fundaría la nueva capital del imperio, Bagdad en 762.

Después de la masacre organizada por el sanguinario en contra de los omeyas en 750, daría como resultado el inicio de su dinastía, pero los omeyas encontrarían refugio en un príncipe llamado Abd al Rahmán, que desembarco en al-Andalus y se apoderó de la ciudad de Córdoba en 756, declarándose como emir separado de Bagdad.

El califato de Córdoba se organizo tras una estabilidad política y diversas dificultades internas, por las diferencias entre judíos, beréberes, árabes y cristianos. El califato se sumió en rebeliones, dirigidas principalmente por cristianos, pero al ser sofocadas hizo ver a los árabes, que debían dejar relegados de la administración del reino a estos, procurando una islamización total, que acabó con la actitud tolerante de los musulmanes omeyas en Hispania.

Por otro lado, Bagdad se convertía en la capital de los poetas, los artistas y sobre todo de los sabios y de las ciencias. El modelo urbano de la ciudad fue copiado por otras ciudades y durante el reinado de los abasíes el comercio floreció entre ellas. Se crearon puertos en el Mediterráneo, el Mar Rojo, el Golfo Pérsico y en el océano Índico.

Los abasíes construyeron palacios y se convirtieron en organizadores notables. La estructura política se baso en la administración de los divanes, divididos en aquellos encargados del impuesto territorial, del Tesoro, del ejército y de la Justicia, mientras las provincias eran dirigidas por un gobernador o emir y un prefecto, comunicadas entre si a través de un sistema adoptado de los bizantinos y los persas, el correo, que permitía conocer a los musulmanes la situación del imperio en las provincias y en las fronteras.

De la misma forma se afianzaron las cuatro escuelas de la religión islámica, que sentaron las bases teológicas del Corán y la difundieron por todo el imperio, mientras en Bagdad, convertida en la capital del saber, se afianzaban conocimientos provenientes de los chinos como la fabricación de la seda, el algodón, las tinturas y del papel, así como avances en conocimientos tanto en astronomía, medicina, física, matemática y química.

La estructura social de Bagdad estaba compuesta por los esclavos, en la base de la pirámide social, que algunas veces se les confiaban cargos importantes, seguidos por los eunucos, esclavos encargados de los harenes y de las alcobas de los más ricos. A continuación encontramos a los campesinos y al pueblo, formado por desharrapados, tenderos, mozos, aguadores y mendigos, mientras la clase media la formaban los comerciantes, médicos, propietarios, funcionarios, religiosos y jueces y en la parte más alta los miembros de la corte y los príncipes y en la cúspide el califa.

A pesar de estos avances, el imperio se encontraba amenazado por los beréberes del Magreb, que adaptaron un nuevo principio religioso llamado jariyi, en el que no se consideraban musulmanes de segundo orden y establecieron reivindicaciones políticas, sociales y étnicas, en contra de los árabes.

Este movimiento fue dirigido por Ibn Rustum, que afianzó su control sobre Ifriquiyya, la actual Túnez y Argelia Oriental, pero el poder de los abasíes de Bagdad lo enfrento y Yazid, tras 15 años tomaría la región, pero al no poder mantener su control sobre esta, firmó un tratado de paz con Ibn Rustum en 787, y el Magreb obtuvo su independencia de los árabes, situación que terminaría en 911 con el control impuesto por el chiismo, que se hizo con el dominio de la región.

El más celebre de los califas abasíes fue Harun Al Rasid, que reinó entre 786 y 809, durante su mandato el poder de Bagdad se afianzó y se creó la academia de las ciencias de Bagdad y se conoce la elaboración de los cuentos de Las mil y una noches, mientras el califa establecía relaciones con el emperador de occidente, Carlomagno, ambos emperadores ligados contra dos enemigos comunes, el emir Omeya de Córdoba y el rey de Constantinopla.

Ambos emperadores intercambiaron presentes y acordaron la alianza. Entre 802 y 806 Harun libró una guerra contra el rey de Constantinopla, Nicéforo. Este penetró en las fronteras de Siria, pero Harun lo combatió con 100.000 hombres y lo derrota, haciéndole firmar la paz y el pago de un tributo, pero el rey bizantino viola el acuerdo e invade Irán.

Como era invierno creyó que Harun no emprendería la contraofensiva, pero se equivoca y este al mando de su ejército llega hasta Constantinopla y destruye muchas ciudades a su paso, hasta que en 809 el legendario califa muere tras una expedición al Jurasán.

En 909 Ubayd Al-Mahdi fundaría la dinastía de los fatimíes en Túnez, cuyo reino dominó el Magreb y las islas del Mediterráneo. Entre 913 y 914 y 919 y 920, Egipto fue víctima de diversos ataques y Kafur, de la dinastía de los isidíes toma el poder, mientras hacia 953 al-Mu’izz se convierte en el cuarto califa fatimí.

En 968 muere Kafur y deja un país arruinado por el hambre, pero en 969 Al-Mu’izz invade el valle del Nilo y conquista Egipto, fundando en 973 la ciudad victoriosa, El Cairo. La ciudad fue construida rápidamente en 2 años y para 970 se erigió la mezquita de Azhar, que se convirtió en una de las principales universidades de la Edad Media, a partir de 988 y en un importante centro para las ciencias y en centro del mundo teológico musulmán.

Las bibliotecas del Cairo trajeron a los más famosos sabios, por sus manuscritos preciosos, mientras la literatura florecía con el cuento. El Egipto fatimí se convirtió en una auténtica encrucijada de culturas, las tradiciones romanas, copta y magrebí se cohesionaron entre sí, formando un arte original que influyo en el Magreb y al-Andalus, mientras la ciudad se convertía en el cruce comercial entre Europa y la India.

Al-Mu’izz era de religión musulmana chiita y por lo tanto era contraria al musulmán sunní de Bagdad, lo que dio como resultado la confrontación entre dos califatos rivales. Por otro lado Al-Mu’izz consiguió extender su imperio hasta Palestina y Siria, en donde controló los santos lugares de La Meca, Medina y Jerusalén.

Durante su reinado estableció buenas relaciones con los judíos y los cristianos, quienes construyeron iglesias y monasterios e inclusive alcanzaron los cargos de visir y altos funcionarios, todo ello con el objetivo de mantener a los musulmanes sunní lejos del poder, ya que estos eran mayoría en Egipto. Esta situación tolerante cambiaría durante el califato de al-Hakim, que murió misteriosamente asesinado, mientras en este mismo contexto las sectas se afianzaban en Bagdad y el joven califa, al-Qadir, cerró las puertas de la ciudad en 1019, por lo que las ciencias entraron en un considerable período de decadencia.

Por otro lado en el Magreb, se habían suscitado agitaciones intensas, a lo que al-Mu’izz había decidido dejar a cargo al gobernador Yusuf Buluggin de la situación. Yusuf se comporta como un virrey y funda la dinastía de los ziríes y traslada la capital a Mansuriyya. Su hijo establece buenas relaciones con los fatimíes, pero su nieto rompe relaciones con El Cairo y reanuda los tratos con Bagdad, a lo que en 1050 el califa fatimí al-Mustansir decidió enviar dos tribus árabes formadas por 200.000 nómadas a invadir el Magreb, que fue conquistado dando lugar a diversos principados en la región, mientras aparecía un nuevo enemigo para los fatimíes, los selyúcidas.

Hacia 1050 el califa abasí de Bagdad, al-Qa’im se encontraba amenazado por los fatimíes de Egipto, hallándose bajo la tutela de la dinastía de los Buwayhíes, por lo que decide pedir ayuda a una dinastía turco-mongola, la de los selyúcidas. Su líder Tugril Beg expulsó a los Buwayhíes y se proclamó como sultán en Bagdad, mientras el califa se reservaba las funciones de jefe religioso.
Con la llegada de los selyúcidas el Islam sunní se afianzó, mientras el chiita quedo relegado a un segundo plano, las fronteras del imperio se ampliaron, destacando en el papel militar a tres líderes: Tugril Beg, Alp Arslan y Malik sha, quienes dejaron la administración civil en manos de visires, cuidadosamente elegidos.

El poder militar selyúcida se basó en los ataques por sorpresa, desorganizaban al enemigo con una lluvia de flechas, mientras simulaban su huida del campo de batalla, seguido de una carga aplastante que dejaba al rival sin posibilidad de defensa.

Una de las más importantes victorias militares fue la batalla de Mantzikert en 1071, en la que el emperador bizantino Romano IV fue capturado, infligiendo a Constantinopla una gran humillación y a los selyúcidas la toma de la mayor parte de Asia Menor. Durante la dinastía selyúcida, los sultanes fueron receptivos con las tradiciones persas y árabes, lo que permitió el renacer de la civilización musulmana, el sistema de las caravanas de los comerciantes fue mejorado, mientras se levantaban mezquitas y sistemas de escuelas, que permitían la preparación de teólogos, jueces y funcionarios.

Por otro lado, al oeste en Al-Andalus, los reyes cristianos iban a reiniciar la Reconquista, mientras el Magreb era invadido por los hilalíes. A su vez los beréberes hicieron su aparición y en 1050 ibn Yasin, al mando de los monjes guerreros establecerían la dinastía de los almorávides. En 1059 Yusuf ibn Tasfin toma el poder y extiende el dominio de los almorávides desde el Magreb central hasta Argel.

Seguidamente a la conquista de Toledo por el rey Alfonso VI, ibn Tasfin desembarcó en Algeciras y le infligió una importante derrota a los cristianos en Sagrajas, restableciendo la unidad de la España musulmana, mientras se instalaba en la región el antiguo rito maliki de las prácticas religiosas pre-islámicas.

En 1077 un beréber llamado Ibn Tumart, emprendería la lucha contra los almorávides, combatiendo el rito maliki. A su muerte su discípulo al-Mu’min continúa su lucha emprendiendo la conquista del Magreb. En 1147 funda la dinastía de los almohades con un nuevo principio religioso, basado en un respeto absoluto y a la unidad con Dios, quien logro reunificar todo el Magreb, por primera vez, después del Imperio Romano de Occidente.

La dinastía de los almohades no conseguiría afianzarse y en 1212 son derrotados por los cristianos en la batalla de Las Navas de Tolosa, hacia 1229 nuevas dinastías debilitarían a los almohades y finalmente en 1269 su último califa, Isaq, sería expulsado por los benimerines.
En otro contexto, en 1095 el papa Urbano II en el concilio de Clermont proclamaría la primera cruzada con el objetivo de recuperar los Santos Lugares y la tumba de Cristo, en donde los caballeros cristianos se afianzaron con el control de Siria y Palestina, estableciéndoles el régimen feudal a los musulmanes.

La causa de la cruzada, tal vez se valió al dominio turco sobre oriente tras la batalla de Mantzikert, en la que Bizancio fue derrotada, además del deprimente estado de los Santos Lugares y la profanación del Santo Sepulcro por el califa al-Hakim a comienzos del siglo XI. En 1095 los caballeros cristianos tomaron la cruz y se hicieron coser en sus ropas la cruz, en señal de convertirse en cruzados, en donde el crecimiento demográfico en occidente, fue determinante para la búsqueda de nuevas tierras, por los caballeros y jóvenes que se lanzaban a la aventura por las riquezas de oriente.

La cruzada organizada por el papa, partiría de Francia en 1096, pero ya grupos peregrinos habían partido, comandados por Pedro el Ermitaño y Gualterio sin Haber, la cruzada de los pobres consiguió la derrota de judíos y húngaros, así como la llegada hasta Constantinopla, cuyo emperador les brindo barcos para cruzar el Bósforo, terminando aniquilados por los turcos.
A continuación la cruzada de los barones, estuvo dirigida por cuatro grupos diferentes que se encontraron en Asia Menor. Godofredo de Bouillon dirigía a los caballeros de Francia del norte y de Baja Lorena, que siguieron el valle del Danubio, Raimundo de Sanit-Gilles, encabezaba las tropas del mediodía francés, que cruzaron la costa dálmata y el norte de Grecia, los normandos de Sicilia, dirigidos por Bohemundo de Tarento y los caballeros de Francia central, al mando de Esteban de Blois y de Roberto de Normandía.

Los cruzados vencieron a los turcos, que se encontraban divididos en clanes rivales y para 1098 tomaron Antioquía. Seguidamente encontraron la lanza que atravesó a Cristo, que revivió los ánimos de la empresa, Bohemundo se convirtió en príncipe de Antioquía y el ejército de refuerzo del señor de Monsul, fue derrotado.

Seguidamente los cruzados avanzaron hasta Siria y Palestina, en la que, según los cristianos, se dieron lugar supuestos milagros y hazañas, como la de Godofredo de Bouillon, que partió a un turco en dos, mientras los musulmanes hablaban de perjurios y matanzas e inclusive, la práctica del canibalismo por los cristianos.

En 1099 el ejército franco acampo al frente de Jerusalén. La guarnición egipcia los observaba desde la torre de David, mientras las murallas habían sido fortalecidas y se preparaba el fuego griego para enfrentar a los cruzados, a la vez que todos los pozos de los alrededores fueron cegados y envenenados. Por su parte, los cruzados recibieron refuerzos de Génova y empezaron a cantar salmos, mientras se construían dos altas torres de madera para asediar la ciudad.
La guarnición de Jerusalén consiguió incendiar la primera torre, pero la segunda sirvió para que los cruzados penetraran por el norte de Jerusalén. La guarnición fue aniquilada y centenares de judíos fueron quemados vivos en sus sinagogas, mientras la ciudad fue víctima del pillaje y la destrucción, causando numerosos muertos, mientras los tesoros del templo fueron repartidos durante dos días enteros.

Godofredo de Bouillon fue designado como protector del Santo Sepulcro y a su muerte su hermano, Belduino de Edesa, se convirtió en el primer rey de Jerusalén en 1100. El rey de Jerusalén impuso un régimen feudal comparable al de los reinos de occidente, mientras los estados latinos de Levante estarían formados por Antioquía, Alepo, Edesa y Trípoli. El reino de Jerusalén se extendía más allá del Jordán y las ciudades de la costa serían conquistadas a expensas del esfuerzo de los musulmanes por defenderlas en el mar, mientras la Iglesia incentivaba a los caballeros para defender los lugares conquistados, cuyos refuerzos apenas llegaban, ya que eran diezmados por bizantinos y turcos.

El sistema feudal se volvería más riguroso que el de occidente y los feudos solo se concedían a cambio de un estricto deber militar, sin límite de tiempo y si este caía en manos de una mujer, esta tenía que encontrar algún caballero que defendiese la tierra. De igual forma el Islam se toleró a través de un pago a los señores cristianos, que respetaron sus costumbres, mientras los intercambios comerciales se reanudaron con las caravanas, en una confluencia general, en donde soberanos musulmanes protegían a peregrinos cristianos, mientras los príncipes francos permitían las peregrinaciones musulmanes a La Meca.

A pesar de la victoria franca, emboscadas y derrotas a favor de los musulmanes demostraban la debilidad de los estados latinos, y a su vez la peor derrota era infligida por los príncipes de Monsul, que se apoderaron de Edesa en 1146.

Esta situación causó que el papa Inocencio III, a instancias del rey Luis VII, de Francia, emprendiera la segunda cruzada, cuya predicación quedo en manos de San Bernardo, dirigida por Luis VII y el emperador Conrado III.

El ejército turco, bien adiestrado, derrotó a los caballeros de Conrado en Dorilea, mientras la infantería de Luis VII era aniquilada en la llanura de Adalia, en Anatolia. De los 25.000 caballeros, solo 5.000 llegaron a Jerusalén con la esperanza de forjar sus propios feudos, cuyos intereses chocaron con los señores locales, la idea original de la cruzada se había perdido con la ambición de los príncipes cristianos, mientras los musulmanes lograrían la unidad bajo el mando de Saladino.

A continuación, un vasallo de los selyúcidas, llamado Zangi, funda la dinastía de los zangíes, conquistando Edesa, Antioquía, hasta atacar a Jerusalén, que resistió el asedio. Durante el reinado de Amaury I, en Jerusalén los fatimíes se vieron amenazados y pidieron ayuda a los zangíes, al mando de Sirkuh Asad al Din, que al morir en 1169 su sobrino fue nombrado visir, el conocido Salah al-Din Yusuf, Saladino.

Su primera decisión fue nombrar su propia dinastía, la de los ayubíes, que expulsó a los zangíes y los fatimíes, restableció el Islam sunní y para reforzar su poder construyó una ciudadela que protegía sus ciudades. En 1173 toma Adén y muere el rey de Damasco, a lo que decide unificar las fuerzas militares de todos los países musulmanes para combatir a los cruzados.

En 1777sufre una derrota, pero en 1182 conquista la alta Mesopotamia y en 1183 la ciudad de Alepo, consiguiendo apresar la escuadra franca, que se había arriesgado a dirigir una expedición contra Medina, por lo cual, en la Meca, los soldados fueron degollados y para 1187 Saladino estaba dispuesto a recuperar Jerusalén.

Ese mismo año, Saladino derrota a los cruzados en Hatiin y captura al rey de Jerusalén, Gui de Lusignan, ocupando la ciudad sin derramamiento de sangre y a continuación conquista los estados latinos de Trípoli y Antioquía.

Ante esta situación, en 1190, los cristianos, al mando de Felipe Augusto, rey de Francia, Ricardo Corazón de León, rey de Inglaterra y Federico Barbarroja, emperador de Germania, emprenden la tercera cruzada. Felipe Augusto recuperó San Juan de Acre, mientras Ricardo Corazón de León se dirigió a recuperar el Santo Sepulcro.

Durante el asedio de Jerusalén, Ricardo cae enfermo y Saladino demuestra su comportamiento caballeresco, al hacerle llegar sorbetes con nieve del Líbano, mientras en otra ocasión salvaba a un niño cristiano durante el asedio y lo devolvía a su madre, además de estar dispuesto a pagar una cuantiosa suma por el rescate de la guarnición de Acre.

En esta situación, Ricardo manda a reunir los 3.000 prisioneros y en 1191 da la orden de degollarlos a todos. La guerra entre caballeros había terminado y los cruzados obtienen una importante victoria en Arsuf, pero no consiguen recuperar Jerusalén.

Deseoso de regresar a Inglaterra, Ricardo ya cansado, firma un compromiso de paz con Saladino en 1192 y los francos apenas conservaban la zona costera de Tiro a Jaffa, mientras Saladino, animaba a los judíos a regresar a la ciudad, acogiendo tanto a árabes como cristianos por igual. Finalmente muere extenuado en 1193, dejándoles a sus sucesores, el imperio musulmán más próspero, dirigido desde El Cairo y que se extendía desde Yemen hasta Siria, pasando por Mesopotamia. A pesar de ello no pudo ganarles la supremacía en el mar a Venecia y Génova, pero el comercio entre Europa y oriente conoció su período de mayor esplendor.

A la muerte de Saladino, sus hijos y hermanos se repartieron el imperio, el cual quedo dividido entre El Cairo, Damasco y Alepo. Los ayubíes se mantendrían unidos hasta 1218, con la muerte de Al-Adil, hermano de Saladino, en la que empezaron revueltas internas, que permitieron la realización de la quinta cruzada, que invadió Egipto y fue detenida en 1219 por al-Malik, que se encontraba enfrentado con los ayubíes, pidiendo la ayuda del emperador germánico Federico II.
En 1229, Federico II llega a Tierra Santa, emprendiendo la sexta cruzada, firmando un acuerdo con al-Kamilla que suponía la restitución del reino de Jerusalén, pero en 1244 los musulmanes volvieron a ocupar la ciudad, mientras los dominios de los cruzados se reducían a algunas ciudades costeras.

En 1249, muere el penúltimo sultán ayubí, durante la séptima cruzada, dirigida por el rey francés Luis XI, mientras su viuda Sagaret, ocultó la muerte de su marido y mantuvo la unidad musulmana, pidiendo la ayuda de los mamelucos, esclavos griegos, turcos, albaneses y eslavos, quienes le permitieron conseguir la victoria sobre los cruzados.

Estos guerreros asesinaron al heredero al trono y la eligieron reina de los musulmanes, pero fue asesinada en 1250 y los mamelucos se hicieron con el poder y a partir de este momento su dinastía dominará la historia musulmana hasta finales de la Edad Moderna con el advenimiento de Bonaparte en Egipto. Su emperador más celebre fue Baybars que reinó entre 1223 y 1227, consiguiendo tomar el poder en Siria y Palestina, vencer a los cruzados y detener a los mongoles. Los musulmanes habrían conseguido la expansión del Islam y un aporte de conocimientos importantes ha occidente, cuyo poder se sigue manteniendo y su religión difundiendo, hasta hoy día.
Continuara...

2 comentarios:

  1. Gran explicación!Una pregunta, me gustaría saber como afectaron las cruzadas a la expansión del comercio musulmán durante estos siglos especialmente el X, XI y XII. Muchas gracias!

    ResponderEliminar